Solemnidad de
Pentecostés (este año la Fiesta del Espíritu Santo cae el Domingo 19 de Mayo)
Los
judíos la celebraban como manifestación del Señor a Moisés en el monte Sinaí (Ex
19 y 20. Dt. 4. Sal 50),
realizando la Alianza
y la entrega del Decálogo (10 Mandamientos). Y como “fiesta de la
recolección” o “fiesta de las semanas” (ofreciendo las primicias de
todo lo cosechado, al Señor), 7 semanas después de Pascua (7 semanas, por 7
días= 49: “pentecostés”: 50). La “pascua” judía recuerda el “paso” (pascua) de
la esclavitud en Egipto a la libertad: “paso” del Mar Rojo.
Dice
Ex: “hubo truenos y relámpagos”, “el Señor bajó con fuego”. Y Hechos (cap. 2)
cuenta que, en el Pentecostés cristiano (el Espíritu Santo bajando sobre María
y los apóstoles, 50 días luego de la Resurrección de Jesús) hubo “ruido...
fuerte ráfaga de viento… (Y) unas lenguas
como de fuego, que descendieron... sobre... ellos”.
Otro
paralelismo: la “fiesta de la recolección”, con los frutos del Espíritu Santo (Gal 5): “amor, alegría, paz, comprensión,
servicialidad, lealtad, amabilidad y dominio de sí”.
“Espíritu Santo, dame
un corazón... grande y fuerte, para superar todas las pruebas, todo el tedio,
todo el cansancio, todas las desilusiones, las ofensas... Constante hasta el
sacrificio, cuando fuere necesario... Cuya felicidad sea palpitar con el
Corazón de Cristo, para cumplir, con humildad y fidelidad, la Voluntad del
Padre” (Pablo VI).
Presbítero José Luis Carvajal (Buenos Aires, Argentina)
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