ABRIL 27
Recordemos, en su día, a Santo Toribio de
Mogrovejo, patrono de los Obispos latinoamericanos. Por eso, para nosotros,
hoy es el día del Obispo o de los Obispos.
Toribio nació en León (España) en el siglo XVI. Cuando
tenía 40 años de edad, fue enviado a América, como Arzobispo de Lima (que
abarcaba desde Paraná hasta el Río de la Plata).
Convocó Sínodos y construyó parroquias e hizo y
traducir el Catecismo a las lenguas Quechua y Aymará.
Amó a sus feligreses (tanto indígenas como españoles) pero fué inflexible con los que
explotaban al indio, aplicándoles la pena de excomunión.
Construyó el primer Santuario mariano y no dejaba de
estudiar los dialectos locales, para poder hablar con los aborígenes (por
ejemplo: les hablaba en quechua).
A pie y a mula, recorrió miles de
kilómetros (unos 40.000, en total) haciendo sus visitas pastorales (cruzando
ríos y escalando montañas). Entre estos actos
pastorales, le administró la Confirmación a Santa Rosa de Lima.
Murió un Jueves Santo, a los 68 años de edad, cantando
Salmos con algunos sacerdotes.
Pidamos, por intercesión de
María, Estrella de la Nueva Evangelización, y de Santo Toribio de Mogrovejo,
tener, en nuestra pastoral: claridad de Doctrina, ardor en la misión,
comprensión de hermano, y caridad en el diálogo; confianza ilimitada en la
Providencia y predilección por los últimos y despreciados… Que así sea.
P. José Luis Carvajal (de
mi libro: “Meditaciones diarias de paz y alegría”, Editorial “Santa María”,
Buenos Aires, Argentina).